Antena 3, la cadena con las series más vistas de la televisión, continúa su gran apuesta por la ficción española y ya ha finalizado las grabaciones de Perdiendo el juicio, su nueva serie original para el prime time que, como es habitual, estará disponible antes para los suscriptores premium de Atresplayer.
Perdiendo el juicio, que contará con 10 capítulos de 50 minutos cada uno, es un drama jurídico que narra el momento en el que Amanda, una prestigiosa abogada, sufre un grave estallido de su TOC (trastorno obsesivo compulsivo). Además, le sucede durante un importante juicio. A partir de ese momento, su carrera cae en picado y tendrá que afrontar nuevos retos y, prácticamente, una nueva vida.
Elena Rivera encabeza el elenco de Perdiendo el juicio, que completa su reparto principal con Manu Baqueiro, Miquel Fernández, Lucía Caraballo, Daniel Ibáñez, Alfonso Lara, Carol Rovira y Dafne Fernández. Además, la ficción contará con Clara Garrido, Federico Aguado y António Garrido, que interpretarán a algunos de los personajes episódicos, y con la participación recurrente de los actores Eloy Azorín, María León, María Pujalte, entre otros, que aparecerán en diversos capítulos.
Perdiendo el juicio es una producción de Atresmedia Televisión en colaboración con Boomerang TV. Montse García (Atresmedia) y Luis Santamaría (Boomerang TV) son los productores ejecutivos de la ficción, mientras que María Togores, Pablo Guerrero y Jaime Olías son los directores de la serie. Susana López Rubio, Javier Holgado y Jaime Olías son los creadores y guionistas de Perdiendo el juicio.
Teddy Villalba y Laura Jaraiz firman la dirección de Producción, José Luis Pulido la dirección de Fotografía y Ana Romero Molero la dirección de Arte. Gualter de Sá es el encargado del Vestuario, mientras que Maquillaje y Peluquería están dirigidos respectivamente por Eva Martínez y Raquel Martínez. Coque F. Lahera se encarga del Sonido y Ana Alonso del Montaje.
Amanda Torres es una prestigiosa abogada que sufre un grave estallido de su TOC durante un importante juicio. Desde ese momento se convierte en una apestada de la profesión y no le es nada fácil volver a encontrar un trabajo, en parte por ese episodio oscuro y en parte porque no es sencillo convivir ni trabajar con sus continúas manías por el orden y la limpieza.
Así que se ve obligada a aceptar una oferta de trabajo en un decadente bufete muy alejado de sus expectativas, donde comparte casos con un grupo de profesionales en horas bajas que nada tienen que ver con los estirados abogados con los que estaba acostumbrada a tratar.
Por otra parte, tiene que lidiar con la atracción que todavía siente por su marido, del que se resiste a divorciarse, y con la que empieza a sentir por su nuevo jefe. Todo ello mientras prepara la defensa de su hermana, que se ve envuelta en un extraño caso de asesinato, sucedido el día de su boda, que puede llevarla a pasar el resto de sus días en la cárcel.