El último desayuno en el monasterio desvela quienes son los finalistas de este juego, los que se enfrentarán a una emocionante jornada que puede llevarlos hasta la victoria. El reto es mayúsculo para todos: los fieles saben que, si un traidor llega a la final, aunque solo sea uno, éste ganará el premio.
La última misión es trepidante y les supone un desafío extraordinario: si logran superarla, podrían recuperar toda la plata perdida hasta el momento.