Hace unos meses que el padre de Joaquín ha fallecido. Lo echa mucho de menos y se pregunta cómo es él como padre. Sabe que ha hecho por sus hijas cuanto estaba en su mano, pero siente que no está tan cerca de ellas como lo está su madre. Joaquín tratará de aprovechar este viaje para intentar de acercarse a ellas y que Daniela y Salma sientan que tienen el mejor padre del mundo. De algún modo, quiere compensar sus largas ausencias en su crianza.
Para empezar, alquila una autocaravana en la que viajar para pasar más tiempo juntos toda la familia. Tras los –torpes e impacientes- intentos de Joaquín de acercarse a sus hijas en los primeros kilómetros de la Ruta 66, estas no solo lo tachan de ‘pesado’ sino que no hacen ningún amago de aproximarse a él. Cuando parece que Joaquín ha tirado la toalla, Daniela y Salma le hacen saber que no hace falta que le cuenten todo para que él sepa que está cerca de ellas. Aun así, le harán alguna confidencia.
Joaquín, por su parte, les confesará a ambas su gran secreto, haciéndolas cómplices del mismo: piensa pedirle a su madre que se case de nuevo con él en Las Vegas. Durante esta etapa, la familia también acudirá a un auténtico rodeo americano y Joaquín sorprenderá a su mujer, gran amante de las motos, recorriendo parte de la carretera más famosa del mundo en una Harley Davison.