La última baja en el desayuno es un golpe que ataca directamente al núcleo duro del bando de los fieles. Las enemistades que empezaban a apuntarse en el monasterio empiezan a acarrear problemas entre algunos jugadores, y los jugadores empiezan a estar cansados de la presión psicológica del juego. Pero no hay tiempo para llorar, porque deben ponerse en marcha hacia otra exigente misión que les removerá el corazón y la cabeza. Agotados después del reto, afrontan una nueva mesa redonda de la que, a algunos, les costará recuperarse. Fieles a su cita, los traidores cumplen con su objetivo.

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