Es la artista del momento. En España y en medio mundo. Rosalía acaba de lanzar nuevo disco, sorprendiendo a propios y extraños con nuevos giros, impactantes sonidos y en una amplia lista de distintos idiomas. Un trabajo a conciencia. «Siempre hay momentos de duda, de fricción incluso contigo misma», cuenta esta Rosalía inédita, que también es la de antes: aquella niña que se subía por primera vez a un escenario en su pueblo, Sant Esteve Sesrovires, cerca de Barcelona. «Ella era muy particular. Otras iban a bailar porque les apuntaba la madre o porque iban con las amigas, pero ella no. Ella estaba al cien por cien para el baile», cuenta Cándida, la profesora que le enseñó flamenco.
Rosalía se emociona. Durante la entrevista a ‘Informe Semanal’, habla de sus orígenes, de su carrera y de su amistad con Almodóvar. Sentada con Carlos del Amor delante de una de las Majas de Goya en un escenario magnífico, el Museo del Prado, descubre detalles de su último álbum y de alguna de sus canciones. El momento es tranquilo, sosegado, sin ruidos. Han sido unas intensas semanas en las que se ha dejado ver por algún plató, aunque no muchos, y hasta ha llegado a colapsar la Gran Vía de Madrid. Desprende luz y es lo que quería conseguir con su último trabajo: «Es una celebración de la vida. De Dios. Del amor. Absolutamente. Yo me siento así. Me ciento alumna de la vida y de todo».

