Hace 40 años, Argentina saldó cuentas con sus dictadores. El juicio a las juntas militares que gobernaron secuestrando, torturando y asesinando a miles de ciudadanos fue un hito en el derecho internacional. ¿Qué debemos aprender de la lección argentina de 1985?
Columnas de la historia rememora esta página dorada de la memoria y la reparación a través de testimonios de víctimas, descendientes de torturadores y el propio fiscal del caso, Luis Moreno Ocampo.
También con Baltasar Garzón, que condenó en España al excapitán Adolfo Scilingo por sus crímenes de lesa humanidad.
Los golpistas y torturadores se sentaron en el banquillo, las víctimas denunciaron la verdad a la cara y el pueblo aplaudió las condenas delante de sus represores. La dictadura arrancó en Argentina con España estrenando democracia. Y la corona española visitó el país latinoamericano para deshacerse en elogios a la dictadura militar.
Desde la Plaza de Mayo se reclama aún justicia para los desaparecidos, mientras la extrema derecha a ambos lados del Atlántico trata de cambiar el relato. ¿Por qué cuesta tanto asumir que la memoria construye mejor el futuro? El coraje de una democracia con ganas de sanar sus heridas. La lucha contra una impunidad que destruye sociedades. El compromiso de varias generaciones con la dignidad humana. Argentina condenó el terrorismo de Estado… ¿“Nunca más”?
