‘Comando Actualidad 5.0’ analiza las nuevas tecnologías en la medicina en ‘Conectados a la vida’

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Aumentan las consultas médicas virtuales, proliferan los robots que hacen operaciones, crecen los dispositivos digitales que vigilan la salud y llaman a emergencias, la inteligencia artificial diagnostica enfermedades… ‘Comando Actualidad 5.0’ analiza este nuevo escenario que ayuda a prevenir y a diagnosticar antes. En situaciones críticas, la diferencia entre la vida y la muerte puede estar en un simple reloj. En el pronóstico del cáncer, la enfermedad que más muertes causa en el mundo, las nuevas tecnologías se han convertido en herramientas clave.

La tecnología me curó

A Beatriz le detectaron cáncer de mama en una revisión rutinaria a los 37 años. “La tecnología fue imprescindible para diagnosticármelo a tiempo. En la primera mamografía vieron algo que no parecía alarmante, pero la radióloga me mandó a otro hospital que tenía un mamógrafo de mayor potencia. Estoy viva gracias a la tecnología”, cuenta Beatriz. De los pacientes de cáncer en España, el 62% de las mujeres y el 55% de los hombres sobreviven a la enfermedad. Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la sufre una de cada cinco personas.

Máquinas que salvan vidas

El uso de inteligencia artificial para analizar pruebas de radiología o comparar muestras de anatomía patológica permite a los médicos ser más certeros y actuar más rápido. “El ecógrafo tiene incorporado un software de IA que nos permite valorar la sospecha de malignidad del nódulo sobre la marcha, según estamos haciendo la ecografía. Nos da el diagnóstico de inmediato”, explica el doctor Chema Oliver, radiólogo del Hospital La Paz de Madrid. “Gracias a la inteligencia artificial, la imagen que nos da el TAC es mucho más nítida. Además, una resonancia que antes duraba 30 minutos ahora la hacemos en cinco”, afirma Josep Munuera, jefe de Diagnóstico por la Imagen del Hospital de la Santa Creu y Sant Pau de Barcelona. “Las máquinas nos ahorran un 20% de nuestro tiempo y llegará un momento en que hagan un 80% de las tareas que hacemos los médicos, pero siempre tiene que haber un patólogo con experiencia que valide los resultados, porque somos nosotros los que antes le hemos enseñado a la máquina”, asegura Pedro Luis Fernández, jefe de Anatomía Patológica del Hospital Germans Trias i Pujol de Badalona.

La terapia de contarlo en redes

Normalizar la enfermedad hablando de ella abiertamente en redes sociales puede resultar terapéutico. Es el caso de Carmen, una mujer que ha sobrevivido a un linfoma tras recibir un trasplante de médula ósea. “Empecé a contar el día a día de mi enfermedad en Instagram, por dar el parte diario a mi familia y amigos, y vi que no hay gente que comparta todo el proceso de trasplante. Para mí es súper importante hacerlo, porque me llegan muchos mensajes de gente que está esperando uno. Me dicen que les he ayudado y me lo agradecen”. Además, gracias a su actividad en redes, también ha recaudado fondos para la investigación contra el cáncer.

Teleasistencia ambulante

La teleasistencia es otro claro ejemplo de cómo la tecnología salva vidas. En este caso, las de personas mayores o discapacitadas que sufren emergencias en sus casas. Ahora evoluciona en forma de reloj inteligente con GPS y detector de caídas, para darles servicio también en la calle. “Este reloj me ha salvado la vida. No lo tuve ni que pulsar, saltó automáticamente y avisó para que vinieran a ayudarme”, afirma Dolores Hueso, una mujer de 82 años. Más de la mitad de los mayores se caen una vez al año, pero como también funciona fuera del domicilio favorece que no se recluyan”, asegura Guillem Viladomat, creador de este reloj inteligente.

Tecnología al rescate

Los bomberos saben muy bien lo que es salvar vidas en situaciones críticas, ayudados la tecnología. “En los incendios utilizamos detectores de gases y cámaras térmicas para localizar víctimas. También tenemos ropa, cascos y máscaras de protección contra temperaturas de hasta 500 grados. Antes, sin estas tecnologías, arriesgábamos la vida continuamente. Los nuevos dispositivos nos facilitan mucho el trabajo”, dice el bombero Luis Soldevila. Pero, además de en los incendios, los bomberos actúan igualmente en los rescates de montaña. En Andorra es su día a día. En este terreno, muchas veces nevado, la tecnología también es fundamental. Helicópteros, drones, gafas de visión nocturna y diversos dispositivos de geolocalización para rescatar a excursionistas perdidos o a víctimas de aludes son parte de su equipamiento.

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